“…yo no tengo fechas para
recordar. Mis días se gastan
de par en par, buscando un
sentido a todo esto…”
(EL TIEMPO NO PARA, Bersuit)
Buscar, buscar. Como seres pensantes, buscamos constantemente. Mejor, cotidianamente.
Sin embargo, cómo hacer para no boicotear esa búsqueda, a ese sentido que nos despierte que nos levante de esa irrealidad absorta del mundo posmoderno.
Cómo lograr que ese sentido, convertido en esa pieza clave para descansar de tanto interrogante, sea fértil cuando nuestros coterráneos aún están en pañales para comprender un pensamiento despojado de banalidades. Pero, aún así, ¿si esa búsqueda oscuramente difícil no tiene fin?, es decir, si ese Godot no llega jamás, como en la obra de Beckett –con los vagabundos: Vladimiro y Estragón-. O será que ese sentido consiste en dejarnos convencer que el punto de inflexión radica en aniquilar ese tiempo asfixiante, liberarnos de él porque nos controla, nos alecciona. Matarlo, para que otra vez vuelva el mismo mecanismo aplastante. Gastar las horas, dejarlas ir, esperar, mientras creemos que hacemos acciones importantes. Cuando verdaderamente el tiempo es el dueño de nuestras existencias, es el Patrón, el tirano que maneja nuestros hilos. A su vez, si ese encuentro con Nuestro Sentido, con esa idea que nos va a permitir un nuevo despertar, implica libertad, libertad para comandar ese viaje, esa internalización a nuestro yo más cerrado, más hostil, cómo poder ser libre cuando el contorno, cuando el mundo por el que circulamos hace paralelamente otro viaje. Otras horas, otro ideario, otros…otros…..Entonces, esa falta de punto central, que una un mundo con otro, hace a los defasajes, a las hondas grietas. Es querer buscar inocentemente cuando el resultado puede estar plagados de ruidos, puede tornarlo confuso, hace que nos aliemos al mismo ideario, que nos dejemos comprar por los placeres burgueses, caer en el discurso barato, hipócrita, sin razón que duele más que un golpe. Por lo tanto, la capacidad para entender qué buscamos, el por qué, el cuándo llega Godot –si llega- se torna oscura, hace que nos confundamos, nos hace corromper, nos unimos a la resignación. Dejamos de pensar en la totalidad para bajar y concentrarnos en la unidad. Y así, la búsqueda queda condicionada, la visión es menos transparente, ¿ahondamos en lo qué queremos o en lo que las convenciones nos dictan? Y caemos en la misma paradoja: todo depende del tiempo y de su contexto. A su vez, para cada persona Godot puede estar personificado con infinitas caras pero cuando se empieza a observar desde otros ángulos, el abismo esta más cerca, tocamos un poquito el fondo, nos shockean las ambigüedades: ahuyentar los fantasmas o pensar que todo tiene un precio, el valor crucial de las ideas o las ideas como mercancías. Entonces la búsqueda se enreda, nos mareamos en ella pero los caminos, sí o sí, son dos: continuarla a pesar de los vaivenes, esperar que venga Godot, o dejar que el señor Sistema le ponga un precio y pase a ser una cosa más, es decir, que compren nuestra búsqueda, que nuestro sentido de la vida sea manoseado.
VLADIMIRO -Mañana nos ahorcaremos (Pausa) A no ser que venga Godot.
ESTRAGÓN -¿Y si viene?
VLADIMIRO –Estaremos salvados.
DESTACADO DE LA SEMANA:
El 24 de marzo TODOS A LA PLAZA. Voy a estar volviendo, pero voy a ir. Además se realizarán otras actividades que por medio de mi blog, también les voy a indicar. Y que no se olvide esa parte de la historia. Seguramente un texto sobre este día voy a subir.
Para mis amigos que cumplen en marzo: Feliz cumple!!!!...a algunos ya se los dije, a otros se los diré en su momento.
Y sigue la impunidad para el caso de Juan Castro que , por cierto, se cumplen 4 años de su muerte. Nuevamente ¿Y?
sábado, 8 de marzo de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)