miércoles, 17 de enero de 2007

El primer nivel bajo los pies de Laura Fidalgo

A pesar de las palabras escritas en la introducción de mi blog, que indican que fui clara en cuanto a que los artículos publicados iban a tener un mismo eje, “la realidad social” (decido colocar comillas porque puede llevar a discusión –desde un perspectiva comunicacional- hablar de realidad social, pero en este caso entiéndanla como los temas cotidianos, la escenografía invisible), no puedo dejar de mencionar lo sorprendente que fue ver “Bailando por un voto” y la cuota –magnánima- de profesionalidad de Laura Fidalgo.
Por ende, me es necesario hacer esta excepción, dedicar un artículo a esta obra y –por qué no- hacer un pequeño homenaje a aquellos años de mi vida en donde proyectaba ser periodista de espectáculos -¡ojo!, NO de chimentos-. Como algunos resabios quedan de ese pasado… desde este lugar, mi pequeñísimo aporte de reconocimiento a esta obra y fundamentalmente a Laura Fidalgo. Pero insisto, en este espacio no pensaba publicar artículos de espectáculos, sino otros temas, pero la espectacularidad de ese show amerita un lugar en mi blog.


LAURA FIDALGO, lo mejor de la temporada teatral marplatense

…lejos, lejos…Mi estadía en “La feliz” (vale aclarar, es una ciudad que amo), hizo que recorriera –como es habitual cada verano- cuanta marquesina se ubicara frente a mis ojos. Ergo, presencie obras de diverso género, quiero decir, ví espectáculos para todos los públicos. Desde lo más burdo, pasando por lo básico, hasta encontrar “EL” verdadero show (¡lamentablemente lo localice un día antes de regresar a Capital Federal!)
Durante este recorrido pude analizar los rasgos retóricos, temáticos y enunciativos de cada función (chiste interno entendido solo por los que cursaron conmigo Semiótica I), en algunos casos estos rasgos eran invisibles o extremadamente pobres (únicamente comparable al estudio del programa “Palermo Hollywood”) y en otros inmaculados. Pero eso sí, coincido en que el enunciatario construido por los espectáculos de revista, tienen un denominador común: persona que disfruta de su vacación y busca divertirse fácilmente. Sin embargo, los niveles son distintos a la hora de examinar cada trabajo.
En esos diez días que estuve en Mar del Plata, las carteleras teatrales no me ofrecían demasiados sobresaltos, muchas de ellas eran más de lo mismo, quiero decir, repetían fórmulas, chistes gastados de años anteriores, cuadros musicales ya vistos e imitaciones que –a esta altura- no causan gracia ya que recurren al golpe bajo y a lo chabacano. Por lo tanto, al comprar las entradas para ver “Bailando por un voto”, creí que otra vez me quedaría con la sensación de que “algo faltó”, pero obviamente no fue así.
Esta obra la encabeza: Nito Artaza, Moria Casán (saben que no es de mi agrado pero debo nombrarla porque integra el espectáculo), el genial artista Hugo Varela, Martín Bosi, Flavio Mendoza, bailarines y bailarinas y ella, la grandilocuente Laura Fidalgo. Aclaro que a partir de ahora comienza la etapa de objetividad subjetiva (les recuerdo que la objetividad pura NO existe, sino que hablamos de objetividad relativa). Debo reconocer que la obra de Nito Artaza me sorprendió, es decir, soy muy exigente como público, no me engancho fácilmente, no me río de cualquier cosa, me gusta la calidad, la delicadeza, el buen show, aquello que se nota que ha sido pensado, trabajado, ya que por algo los elijo y pago una entrada.
Pero la distinción de “Bailando por un voto” es Laura Fidalgo, creo que mi admiración radica en su destreza, en el brillo que desparrama e ilumina a las primeras filas, pero va más allá de eso, logró transmitirme su energía, contagiarme con su “garra”, su impoluta técnica, su luz que hizo emocionarme –y repito, nunca me paso esto con ninguna obra- . La profesionalidad de Laura es indiscutible, además de reflejar en cada saludo o foto –a la salida del teatro- su humildad y su capacidad para entender las reglas del juego, es decir, es una mina de barrio que sabe que con el público se llega al éxito, agradece todo el tiempo y se nota que no finge al hacerlo, es una verdadera estrella.
Me transmitió, todo lo que esperaba hallar en un escenario, lo que buscaba lo conseguí, simplificado en ella. Fue muy fuerte lo que sentí esa noche, -y no suelo decir tan fácilmente algo así- Laura Fidalgo es grosa, se nota su “garra” sobre las tablas, su esfuerzo, su profesionalismo. Que puedo decir de su baile perfecto, de su ángel, sus gritos al danzar –que cristalizan las “pilas” que le pone a lo que hace-. Es la primera vez -en seis años que vengo viendo espectáculos en Mar del Plata- que me tope con alguien que sabe lo que hace sobre un escenario y que se muestra segura y orgullosa de su trabajo. Porque es eso lo que busco al pagar una entrada, es decir, la entrega –como si fuera la última función- de cada artista, sin importar si hacen dos o más shows por noche, que se maximice el sudor por el esfuerzo de la labor, la sangre que mueve a un artista, los gritos, la pasión, la excelencia, y obviamente, la amabilidad y el agradecimiento con la gente, eso es Laura Fidalgo.
Sin dudas, otro momento emotivo de la noche de ese 13 de enero (función de las 23.30hs), fue cuando al finalizar “Bailando por un voto”, cada integrante saluda a los espectadores y ahí pude darle la mano – una situación fortísima- porque me miró con sus ojos agradecidos y emocionados por la ovación que le brindaba. Inolvidable. Reitero, no se explicar que es lo que me paso esa noche pero fue increíble y eso lo logró Laura Fidalgo. Es como si mis ojos hubiesen hecho un gran hallazgo, quiero decir, estaba harta de ver señoritas voluptuosas, con poco argumento –por lo general guionadas para decir chistes fáciles-, Laura bautizó a mis ojos con todo su resplandor, es impresionante y barre con todos y con todas.
En Febrero voy a volver a verlos, porque sin dudas, recomiendo “Bailando por un voto” (Teatro Atlas, Mar del Plata), es excelente desde donde se mire a la obra, vestuario, escenografía, luces, baile…pero la figura del verano es Laura (y no me refiero a una figurita de tres meses). Un consejo productivo: para las chicas que forman parte de las marquesinas que decoran la ciudad, vean como baila Laura, aprendan un poco de esta chica que hace un show digno de Nito Artaza.
Otro reconocimiento y respeto a Hugo Varela, es un artista con todas las letras, su diversión es ingeniosa, sofisticada y delicada. Sabe pararse sobre el escenario y asegura risas continuas las dos horas de función, además de la ovación de pie.
Por eso, si pasan por Mar del Plata no se olviden de pasar a ver este espectáculo.
Y a Laura – porque esa noche era impresionante la cantidad de gente que te esperaba fuera del teatro-te digo:
“Tu talento es supremo y no tenés competencia en Mar del Plata, no hay quien pueda hacerte sombra”.
Este artículo le fue dedicado porque logro sorprenderme y emocionarme –en mi caso estaba en segunda fila, pero lo mismo transmitió a la gente de la fila 30- y eso en mí es mucho trabajo por hacer. ¡Vamos, Laura!, desde esa noche tenes todo mi aguante.
Y vuelvan a guionar el: “Ah, me olvidaba, un besito a Gerardito”…¡esa frase no puede faltar!


2 comentarios:

Nadi dijo...

Mary me encanta cómo escribís!!!!

que seas capáz de expresar en toda esa prosa tu admiración y devoción por un artista nacional es muy conmovedor ;o)
Laura me cae bien, y sabés mejor que nadie que muy pocos personajes de la farándula argentina logran simpatizarme; me alegra mucho que hayas pasado unas vacaciones estupendas y hayas visto cuanta obra aparece en cartelera, se te extrañó un montón!!!!!!! y lo sabés muy bien! ;o)

Nena te quiero!!!!!!! Besotes y toda la suerte!!!!!

Nany

agus dijo...

Sin palabras.-