Subir a pesar de las piedras que te golpean, subir a pesar del cansancio, subir auque no tengas ganas. Te paras, estás por la mitad de tu camino, y te parás para observarte, ves que ese que sube sos vos pero no te reconoces, no comprendes para que subís pero seguís. Te mareas, tu cabeza rebalsa de pensamientos, tus propios miedos salen y te combaten, te vapulean, no los podes agarrar, no les podes hablar, solo te aterran. Sin embargo, les temes pero los sentís como una compañía, no podes más pero sabes que tenes que seguir subiendo para alcanzar algo, ¿qué?, no sabes, tal vez llegar es encontrarte pero es confuso, todo es borroso. Esa larga carrera en donde todos suben sin inconvenientes a vos te consume, te ves estancado, sabes cual es tu situación, la palpas pero no podes revertirla porque esa piedra que te obstaculiza no te deja mover o tal vez te da miedo sacarla de ese lugar porque seguir subiendo significa buscarte. Y eso te desequilibra. Andas como podes, a veces te sentís con mayor fuerza para luchar, otra queres tirarte desde el punto en donde estás, pero hay algo que te dice que arranques de nuevo, que sos capaz de llegar a esa bendita cima, pero en ese camino te seguís preguntando ¿para qué?, y otra vez tu cabeza te tira nuevas preguntas, las respuestas escasean o quizás optas por desoírlas, ¿Quién sos?, tampoco lo sabes con claridad o sí, pero la imagen que te armas te da miedo, te sofoca la gente que pasa a toda marcha por tu lado, ellos siguen sin importar si estas bien o no. Y sabes que eso a vos te amarga, te angustia, queres llorar pero no salen las lagrimas porque tu mundo interno ya esta ahogado y al mismo tiempo seco, resquebrajado. Paralelamente las sensaciones que vienen desde afuera son fortísimas, abrumadoras, te presionan, están ahí vigilándote con una mirada oscura, espesa y mientras tanto vos haces lo que podes, subís un poquito y retrocedes. Pero lo recurrente es que te paras siempre en el mismo lugar a mirar cuanto te falta para alcanzar el objetivo, te desanimas, te angustias, no podes pensar en lo que queres, solo accionas como una maquina, dejas de sentir, de escuchar, solo haces porque hay que hacerlo, vas perdiendo la sensibilidad, la perspectiva, te falseas, se te destruye el personaje y te quedas solo, y ese silencio te va aniquilando porque otra ves los fantasmas vuelven a salir de tu mente para interpelarte, los tenes adelante, todos juntos, los ves, vuelve el miedo, la oscuridad y el dolor pero sabes que hay que seguir subiendo. En eso ves que tu esencia esta intacta, que tu subjetividad se moldea de acuerdo a lo que vas pasando y estar a mitad de camino pasa por una cuestión de ubicación, desde donde lo miras, porque ves lo que te falta por subir pero ¿y todo lo qué te costo llegar hasta ahí? Después te cansas, crees que te encontraste, crees que llegaste pero aparece en escena el peor de tus fantasmas, y ahí peleas entre lo que sos y lo que queres ser, todo se vuelve abstracto, todo es gigante mientras vos sos un pedacito de esencia de quién sabe qué materia, y te ves de golpe, ahí esperando que te encuentren. Hasta que te hartas y otra vez subís, y ahí podes ver con perspectiva y la nitidez te gana y ves que “ese subir” es tu día a día, tu búsqueda hacia esa debilidad que siempre te gana, o que casi logras empatar, es engorrosa, es desafiante, es aterradora, te lastima o quizás sos demasiado frágil para tolerarte pero ves la incoherencia de lo circundante y eso es incompatible. Quizás algún día logres llegar a esa cima, cuando eso ocurra avísame, porque tal vez el miedo para ese entonces se haya esfumado.
(Este texto lo escribí una vez que me sentía muy mal, lo encontré y me parece pertinente para este momento)
DESTACADO DE LA SEMANA:
Basta de avaricia y solucionemos cuestiones vitales, por ejemplo el hambre porque este país tiene con que alimentar a esos chicos y dejemonos de joder. MIENTRAS HAYA HAMBRE EN EL PAÍS NO PODEMOS PENSAR EN NINGUNA OTRA MEDIDA POLÍTICA. BASTA!!
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2 comentarios:
Una argentinidad bastante recurrente, somos conscientes, eso e slo bueno, siempre avanzamos y retrocedemos de manera aleatoria.Buscamos reflejarnos en algo y siempre nos terminamos encontrando del otro lado del espejo. Llenos de ideología, llenos de esperanza, cargados de impotencia, con el grito en los labios y los puños bien cerrados.
Lindo encontrarte, linda manera de hacerme volver a los años de comunicación en Rio negro. besos!
gracias por el comentario que me has dejado, siempre serás bienvenida a mi mundo manzana y si allí te sentís mejor, será para mi un honor que me leas. besos
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